Robert Doisneau, París. |
A las puertas de Abril me siento en su escalón esperando a que abra y reflexiono
¿vale la pena seguir extrañando lo que quise creer que tenía pero resulta que no lo tengo?
Al final solo permanece lo que la naturaleza nos da, la familia
y a ellos se lo debo.
no le debo cuentas a nadie más, nadie las merece.
quizás quise encender un fuego en mitad de la lluvia, y lo conseguí
pero el fuego se terminó apagando y la inocencia en forma de humo se esfumó
no more.